lunes, 10 de septiembre de 2007

Rab. Iugt - Rosh HaShaná 5767

Un día D'os estaba observando Su mundo y vio el terrible comportamiento de la humanidad. Entonces decidió enviar un ángel a la Tierra con la misión de verificar lo que allí sucedía. Y así lo hizo.

Cuando poco tiempo después el ángel regresó, dio su reporte: "Sí, D’os, las cosas están mal. Mientras un 5 por ciento de la humanidad se comporta bien, el otro 95 por ciento no lo hace."

D”s no lo podía creer. Y para tener una segunda opinión antes de actuar, decidió enviar a la Tierra un segundo ángel con la misma misión. Cuando regresó, el ángel llegó hasta D'os y le dijo: "Sí, es verdad, la Tierra está en decadencia: mientras el 95 por ciento de los seres humanos se comporta mal, apenas el 5% se comporta bien".

D'os se quedó muy preocupado. Así que como una forma de estímulo y felicitación decidió enviar a aquel 5 por ciento de la humanidad que se comportaba bien un correo electrónico.

¿Saben lo que decía este e-mail? ¿No? ¡Ah, entonces ustedes tampoco lo recibieron!

En Rosh Hashaná recordamos la creación, pero no cualquier creación. Rememoramos la creación ni más ni menos que de Adam, aquel primer ser humano sobre la faz de la tierra.

Es decir, que Rosh hashaná pone de relieve el esfuerzo moral y la creatividad. La tradición judía está relacionada de modo diferente a la creación y durante estos días sagrados dramatiza esta relación única.

Los Rabinos no nos cansamos nunca de repetir nuestro modo de ver que todo lo creado está incompleto, inacabado, imperfecto. La creación es el principio no el fin. Lo que celebramos no es el momento mismo de la creación, sino el que ésta sea concedida, es decir la plenitud potencial que nos permite continuar plasmando un orden moral más allá de la energía amoral.

¿De que manera solemos llevar esto a la práctica en nuestra religión?

Exactamente, por medio de la transformación moral. Que en un lenguaje más simple llamamos educación. Y precisamente digo educación y no enseñanza, pues como lo define el Dr. Humberto Maturana, el enseñar es mostrar un hacer, mientras que educar es guiar en el vivir.

Guiar en el vivir, una definición tan simple como precisa y hermosa, que marca la senda por la cual se debe encaminar un padre, una madre, un abuelo, un moré, un Rab, que además tiene el plus y el honor de dirigir un colegio, en el cual se educan y se forman niños judíos, nuestros hijos y vuestros nietos.

Solemos escuchar muy a menudo la siguiente frase: “Los niños son el futuro”. Hoy, en este Rosh Hashaná, los quiero invitar a reflexionar. Los niños no son el futuro, sino que el futuro somos nosotros mismos con los niños con los cuales vivimos ahora. El futuro es el imaginar ahora que haré después. El hecho de vivir ocurre en el presente. El pasado como tal no existe, es un modo de explicar el presente. Vivir, querida comunidad, es un continuo presente.

Cuando uno escoge un colegio, básicamente está eligiendo un espacio de convivencia para sus hijos. Por lo cual, cuando uno escoge ser parte de una comunidad o no ser parte de ella, también está incluyendo en esta elección a sus hijos.

Es decir, para ser león no basta con serlo, sino que debemos vivir como leones y con leones desde pequeños, para aprender de esa convivencia y el día de mañana desempeñarnos como tal. Para ser judío con todas las letras también.

La educación, este guiar en el vivir, es el proceso mediante el cual logramos transformar a los seres humanos en personas dignas de los demás.

El famoso rebe Menajem Mendel de Kotzk, daba consejos al jasid que tenía terribles pensamientos cuestionando al juez, D’os y la justicia y a los significados del mundo.

A cada duda angustiosa del jasid le respondía: pero de que te inquietas!!!

Y viendo que el jasid de verdad se inquietaba, le aconsejaba no preocuparse por sus dudas, porque si te inquietas tan intensamente, es porque eres un judío honesto, y un judío honesto está autorizado a tales dudas.

En los comienzos han sido creados los mundos. En la creación se plasman los significados. Eso es lo que debemos hacer en estos días tan sagrados para nuestro pueblo, para nuestra historia, redescubrir nuestras raíces, reencontrarnos con nuestras tradiciones, conectarnos con D’os, resignificarnos y sabernos judíos, viviendo como judíos entre judíos. Para que nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos, puedan seguir teniendo un Colegio hebreo en el cual poder educarse y una comunidad Israelita de Valparaíso - Viña del Mar para poder compartir la riqueza de nuestras milenarias tradiciones.

Como dice la hermosa canción en hibrit, KOL SHANA MATJILÁ BE SIGNON SHEL SHEELÁ….

Cada año empieza con signo de pregunta, como un bebé que mide sus pasos, como un amanecer que aparece en el kineret azul y mira hacia al cielo del oeste.

Cada hora empieza con signo de pregunta, como un corazón que late a ritmo, como un pimpollo verdecito que crece con fuerza, y dirige su rostro hacia las cumbres altas.

Cada segundo empieza con signo de pregunta y antes que contestes se escapará como una caricia de la brisa del mar que sube desde algún lugar y su música aun se escuchará desde lejos.

Es genial que el año empieza con canto y buen espíritu. Todo año empieza con signo de pregunta, y nosotros encontraremos la respuesta.

D”S nos bendiga a todos nosotros con un año de salud y colmado de bendiciones.

No hay comentarios: