sábado, 1 de septiembre de 2007

NUEVO Rab. Levy - Aprendiendo a agradecer

Cuando era un joven escritor y sin ninguna fama, Isaac Bashevis Singer fue invitado por un grupo de ancianos a platicarles una historia. Ellos eran tan pobres, que no tenían dinero ni para hacerse cargo de los gastos del viaje. Sin embargo, él fue con muchas expectativas ya que se trataba de gente de su propio mundo que entendería su Yidish, y que no se burlaran de su acento.

Al llegar se encontró con doce personas. Entonces, les contó una historia... Ni bien terminó, uno de los oyentes se levantó y dijo: "Esa no fue una buena historia, esa historia no es sionista, escupo sobre su historia" y entonces, "er hot gueshpign oifn pol", escupió sobre el piso y se sentó. En ese momento otra persona se levanta y dice "esa no fue una buena historia, no es una historia religiosa, así que yo también escupo sobre su historia". Al igual que el primero escupió sobre el piso y se volvió a sentar. Otros adujeron que la suya no había sido una historia socialista, una historia judía o, incluso, una historia Yiddish apropiada. Pero había algo sobre lo que todos estaban definitivamente de acuerdo y es que aquella no había sido una buena historia, a tal punto que una persona se levantó dos veces para manifestar su desagrado, una porque aquella no había sido una historia sionista y la segunda porque no había sido una historia religiosa. Como reacción a su relato, de doce personas, el joven escritor provocó trece escupidas sobre el piso.

Estoy seguro que esa experiencia fue muy dolorosa para Bashevis Singer. Primero, debe haber sido muy triste ver su trabajo denigrado y, segundo, se habrá sentido muy mal, por haberles hecho el favor de compartir su tiempo con ellos y haber sido tan despreciado. Pero no cabe dudas que esta historia refleja cuan ingratos podemos llegar a ser los seres humanos.

La esencia del ser judío es saber agradecer. La palabra "yehudí" deriva de "Yehudá", que significa en hebreo "todá", "gracias". Es esta la razón por la cual el judaísmo lucha enérgicamente contra la ingratitud, y nos demanda ser personas capaces de apreciar las múltiples maravillas de D´s con que fuimos bendecidos.
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Nuestros sabios denominaron a la gratitud, "Hakarat Hatov", cuyo significado literal es "reconocimiento del bien". "Hakarat Hatov" es apreciar lo bueno cuando se nos presenta frente a nuestros ojos. La gratitud, entonces, no depende de obtener algo bueno, sino reconocer lo bueno que ya poseemos. Es tomar conciencia de las bendiciones cotidianas que usualmente damos por sentado: abrir los ojos al despertar, estar sano, ser parte de una familia, tener trabajo y poseer las fuerzas necesarias para disfrutar del mundo que D´s nos ha dado.

Debemos incorporar "Hakarat Hatov" en nuestra conciencia, para realizar un verdadero entrenamiento, para poder advertir que cada instante de cada día, se nos presenta como una nueva oportunidad para agradecer. A pesar de los tiempos difíciles que podamos estar atravesando, cada uno siempre contará con bendiciones por las que estar agradecido.

Además del reconocimiento a D´s, también debemos corresponder a todos aquellos que nos ofrecen su ayuda y apoyo. Cuando alguien hace algo bueno por tí, además de decir "gracias", debes tú mismo hacer una mitzvá hacia otra persona, multiplicando así la bondad y la gratitud en el mundo.

Un joven tenía una tienda que atravesaba dificultades económicas. Un anciano, amigo de su padre, al ver que el negocio marchaba mal le ofreció un generoso préstamo. Pasó mucho tiempo antes de que el joven tuviera la posibilidad de regresárselo, pero finalmente ese momento llegó. Cuando fue a pagar su deuda, el anciano se negó a aceptarlo.
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"Cómo que no me lo acepta! No lo puedo entender. Estoy decepcionado y enojado, yo no necesitaba el dinero como tzedaká". El anciano le dijo: "Hace muchos años atrás, pasaba por una situación similar a la tuya, y también precisaba un préstamo. Tuve la fortuna de encontrar un buen hombre que me ayudara. Cuando pude regresarle el dinero, él se negó a aceptarlo y yo también sentí lo que tú sientes en este momento. Por un lado la alegría de poder pagarlo y por el otro el orgullo de no querer recibirlo como un regalo. El hombre que me presto el dinero me dijo que efectivamente fue un préstamo y que debía regresarlo, pero no a él, sino que debía pagarlo, algún día en el futuro, cuando me encuentre con una persona que necesita dinero. Yo te lo presté a tí, y tú debes regresarlo, pero prestándole a otros, ayudando al prójimo."

Este relato nos enseña que cuando alguien hace una buena acción por nosotros, por más pequeña que sea, eso es algo que ciertamente no deberíamos olvidar. En Kol Nidrei mencioné que en determinadas ocasiones utilizamos nuestra capacidad de olvidar de manera inapropiada, recordando aquello que deberíamos dejando de lado aquello, relegando aquello que si debe ser atesorado en nuestra memoria. Cuando alguien nos extiende su mano es algo que siempre deberíamos recordar. Tener presente que sólo una parte de lo que somos es fruto de nuestro esfuerzo, es una forma de empequeñecer nuestro ego y prepotencia. No importa cuan exitoso seas, siempre será porque has sido favorecido con la compañía, la ayuda, el amor, el cuidado y la guía de otras personas. No hay nada en este mundo, para lo que la gratitud resulte inapropiada.

Queridos amigos: Ha llegado la hora de Neilá, estamos cansados luego de un intenso día de ayuno y tefilá. Nuestras bocas están sedientas y nuestros corazones emocionados.
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En estos instantes cuando se van cerrando las puertas celestiales, redoblamos la energía de nuestros rezos para pedir que se abra frente a nosotros un año lleno de oportunidades.
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Yom Kipur es la invitación para volver a asombrarte y para agradecer por los incontables dones con que eres bendecido cotidianamente.
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Yom Kipur es el despertador de tu conciencia para que en los días venideros seas capaz de reconocer y valorar lo que los otros hacen por tí, y para decir a cada uno de los que amas: "Gracias por todas las cosas que he visto, cuando creías que no miraba".
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Que sea Su voluntad y también la nuestra, que este día sagrado nos inspire para percibir que todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos. Que a partir de este Yom Kipur seamos capaces de reconocer que la vida es la máxima bendición, y debemos dar siempre gracias por ello. Jatimá Tová!!!

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