sábado, 1 de septiembre de 2007

NUEVO Rab. Vitas - Unetane Tokef

Sería difícil encontrar alguna otra Tefilá que refleje con mayor claridez, el mensaje de los Iamim Noraim. La fuente que sirve de base para la Tefilá que en minutos recitaremos juntos, es el libro de Or Zarua. Allí se cuenta la historia de Rabí Amnon de Maguncia, quien era el principal referente comunitario de su generación.
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Adinerado y de familia aristocrática, era sumamente guapo también. Se cuenta que los nobles y los funcionarios de la ciudad trataron de intimidarlo repetidas veces para que abrace la fe cristiana. Pero él se rehusaba a escucharlos. Lo molestaban constantemente y en sus intentos para que aceptase; el arzobispado local comenzó a ejercer presión.

Exasperado por el constante acoso y en un intento para escapar de sus repetidas solicitudes, les dijo: "Me gustaría deliberar sobre el asunto por tres días". Estaba claro que no tenía intenciones de hacerlo y que la respuesta fue una manera de calmar los ánimos y sacárselos de encima.

Sin embargo, cuando salió del palacio, R. Amnon se dio cuenta que su declaración podría ser malinterpretada, implicando que él podría considerar la posibilidad de convertirse. Automáticamente lo invadió un sentimiento de culpa. Volvió a su hogar perturbado y se rehusó a comer y a beber. Los que estaban cerca suyo trataron de apaciguarlo, pero él se rehusaba a ser consolado. Al tercer día, con su corazón ansioso y oprimido, fue llamado por el gobernante. Se rehusó a ir, por lo que el gobernante envió una prestigiosa delegación en su búsqueda. Cuando se rehusó nuevamente a acompañarlos, el gobernante ordenó que R. Amnon fuese traído por la fuerza.
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Al ser trasladado ante el gobernante, éste se dirigió a él y le preguntó: "¿Por qué no viniste cuando lo habías prometido, al término de los tres días?"

Este indicó: "¡Yo debo juzgarme a mí mismo! Cortad la lengua que ha hablado equivocadamente y ha mentido; no era mi intención generar expectativas de aquello que jamás haría”

El gobernante le respondió: "¡No!; No te cortaré tu lengua, porque ella habla bien. ¡En vez de eso, los pies que no te trajeron ante mí deberán ser amputados y tus otras extremidades deberán ser castigadas de la misma manera.”
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El tirano ordenó que cada uno de los dedos de los pies y las manos de R. Amnon fuesen amputados por separado. Cada vez que uno era amputado, preguntaba: "¡Amnon! ¿Estás dispuesto a convertirte y aceptar nuestra religión?" Y por cada extremidad: Amnon se rehusaba.

Cuando terminaron su tortura, el gobernante mandó a R. Amnon a su casa en condiciones calamitosas, demostrando a la comunidad entera, lo que era capaz de hacer ante una negativa.

Poco tiempo después, cuando Rosh Hashaná llegó, R. Amnon pidió ser llevado a la sinagoga y colocado cerca del Jazan. Cuando el Jazan llegó a la Kedusha de Musaf, R. Amnon dijo: "Espera un poco. Quiero ser yo quien pueda santificar en este día el nombre de Dios, con mis propias palabras”. Y ellas resultaron ser Unetane Tokef.

La plegaria que en instantes elevaremos juntos. Al concluir con su invocación; R. Amnon dejó este mundo para siempre.

Tres días después de que su alma haya sido llamada a los Cielos, se le apareció en sueños R. Kalonymos ben Meshulam y le enseñó las palabras del himno que había cantado en la sinagoga; pidiéndole que sean enviadas a todas las comunidades de la Diáspora para que sirviesen como testimonio y como recordatorio.
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Esta es la Historia de la Tefilá. Nosotros debemos preguntarnos ¿Cuál es el testimonio y el recordatorio que ella nos deja?
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Sería facilista pensar simplemente que nos recuerda que alguna vez un Rabino fue torturado para convertirse y que la misma culpa que sintió por su debilidad lo condenó. Creo que justamente; ese no es el mensaje.

El mensaje es mas profundo. El recordatorio, debe ser constante en nuestras vidas.
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Ø A cuántas debilidades sucumbimos nosotros por menos presiones?
Ø A cuantas torturas escapamos en lugar de hacerles frente; porque contradicen nuestra esencia?
Ø A cuantas conversiones diarias nos aferramos o nos disfrazamos para sentirnos en armonía; quienes serían “los gobernantes”; y quienes permanecen fieles a nuestra tradición y a nuestros principios?

No se equivocaba Rabí Amnon, cuando decía que este era un claro mensaje para la diáspora. Un mensaje con el cual convivimos en nuestra cotidianeidad. Y sin llegar a los extremos de las represiones y torturas. Cuántas cosas somos capaces de dejar, conceder o modificar porque el afuera, así me lo permite, porque el afuera me gusta mas, o porque el afuera “no me exige”.

Ø Quien de ustedes no viene al Kabalat Shabat porque no puede cerrar el negocio antes? Qué esperamos que Shabat corra su horario en lugar de que lo hagamos nosotros? ¿O esperamos que exista un decreto de “abstención al trabajo?
Ø Quien de ustedes adhiere a un fin de semana largo, cuando los jaguim caen viernes o lunes, porque es una buena opción familiar sin que los chicos falten a la escuela, en lugar de mostrar Cuan belleza en la tradición, en familia, en la comunidad y con Tefilá?
Ø Quien de ustedes aún no encontró algún alimento que reemplace por una semanita a las harinas? De tal manera de no comer jametz en Pesaj … O aun considera como las bobes, que los chicos se desnutren si no comen fideos, facturas, masas, esos días?
Ø Quién de ustedes come casher o intenta hacerlo? Porque quizás conseguir carne puede ser complicado; pero créanme que evitar ciertos alimentos; es facilismo. De cualquier manera a muchos les conviene decir que no lo hacen por costo o por costumbre alimenticia; pero no se piensa en la tradición judía?

Tantos podrían ser los ejemplos. Sin ser críticas a las elecciones personales, son muestras de las concesiones o las “conversiones” cotidianas. Por las cuales no recibimos condenas físicas, pero sí amputaciones ideológicas; amputaciones y quebraduras fuertes de nuestro mensaje milenario. Disociaciones entre lo que declaramos y lo que mostramos.

Rabi Amnon se sintió culpable cuando abrió la boca para pedir tres días de deliberación. Sólo por ello, se culpó y se martirizó.

Ø Nosotros somos capaces de sentir “culpas” por ceder a la fuerza diaspórica?
Ø Seremos capaces este año de modificar alguna de estas conductas, con convicción; de tal manera de hacer valer el mensaje de Rabi Amnon; tan real y tan concreto para nuestros días?

Quizás si hacemos diariamente y concientemente este ejercicio descubriremos la maravilla de SER y VIVIR como judíos. No sólo como una declamación sino como una experiencia constante. La tradición es mensaje y es acción.
Lo que nos identifica no es el sentimiento que se aloja en el corazón; sino la conducta diaria y nuestras actitudes ante las posibles “concesiones”.

Hagamos en intento. Porque como suele pasar en la realidad histórica, sino defendes lo tuyo nadie lo hará y lo que es peor… cuando lo quieras hacer, será demasiado tarde; y sólo tendremos tiempo para llorar los dolores y las perdidas, por las amputaciones del corazón. No lo permitamos.

Ribono shel Olam: Soberano del universo

Fueron muchos los hermanos torturados y masacrado en la historia para ser obligados a abandonar su fe, su camino y su identidad.
Nosotros estamos viviendo tiempos mas democráticos, pero no por ello mas tolerantes. Siempre estará quien nos señale; quien profane nuestros cementerios; quien haga pintadas en las paredes de las escuelas; o aquellos que pongan bombas cortando de raíz la vida de nuestro pueblo.
Frente a ello nos sublevamos, nos ofendemos y peleamos por nuestros derechos… Hagamos lo mismo en el día a día; peleemos, luchemos y sublevémonos antes nuestros propios pequeños actos de Conversión.
Seguramente de esa manera, cuando quieran venir nuevamente lo pensaran dos veces; porque la fortaleza que nos da el defender y amar lo propio, no la encontraremos en ningún otro lugar.
Revaloremos nuestra identidad, nuestra tradición…aprendamos a redescubrirla en las pequeñeces, que en definitiva son las grandezas que nos hacer vivir y sentir como verdaderos judíos. Adonai Oz le Amo iten Adonai Eievarej et Amo BaShalom…


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