lunes, 10 de septiembre de 2007

Rab. Iugt - Iom Hakipurim 5765

En el judaísmo la prioridad máxima es la vida. Pero hay una excepción en el tratamiento que se le da a la muerte: los Iamim Noraim.
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Hasta tal punto esto es así, dice el rabino Irving Greenberg en su libro “The Jewish Way”, que Iom Kipur estructura un encuentro imaginario con la muerte: En este día, muchos oficiantes se visten con un Kitel, una túnica blanca que se asemeja a la mortaja que los envolverá al momento de su sepultura; Los procesos vitales de comer, beber, higienizarse y la sexualidad, cesan por un día entero; La culpa, en forma de confesión, y el encuentro con nuestros seres queridos que dejaron este mundo terrenal, simbolizado de forma extraordinaria durante el Izkor, impregnan este santo día.
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La imagen central que subyace a todo el período de los Iamim Noraim, es la de un juicio en el que cada uno de nosotros, con el alma desnuda, se presenta ante D”S que todo lo sabe y de quien es imposible ocultarse.

Allí parados ante nuestro creador, dejamos caer nuestras defensas, excusas, y autojustificaciones, y tenemos la sensación de que nuestras vidas están en manos de otro...y que el veredicto final podría a llegar a ser una sentencia de muerte.

Ningún aspecto de nuestra vida es definitivo, ni absolutamente imprescindible. Consecuentemente uno puede revisar, modificar, a la luz de una nueva conciencia las alternativas posibles.

Hoy, en este Iom Kipur, es como si toda la vida se detuviese y se pudiera barajar y dar de nuevo.

Hoy es nuestro tiempo sagrado, de hecho el más sagrado de todos los tiempos, Shabat Shabatón, por ello simbólicamente también debemos calzar algo que no sea de cuero. Porque precisamente debemos estar en contacto con la tierra. Si, para lograr elevarnos espiritualmente necesitamos tener nuestros pies bien afirmados a lo terrenal.

Este día sagrado de Iom Kipur, es justamente un momento fantástico para aprender del fracaso, pues no hay sensación más maravillosa que la de convertir la derrota en un derrotero.

Es probable que se te hayan cerrado muchas puertas, pero como vimos el pasado Martes en el Iom Iyun de la WIZO, debes aprender que tanto las puertas del cielo, como las tuyas, las del fracaso y la derrota, son siempre giratorias. Por eso cuando parecen cerrarse, tal vez no veas que en realidad se están abriendo otras.

Claro está, que muchos siguen dando vueltas y se terminan mareando, mientras que otros, insisten en creer que ya pasaron, cuando en realidad permanecen exactamente en el mismo lugar.

Y esto es tan así, que si giramos la palabra Shahar, puerta o portón en hebreo, y descubrimos en sus movimientos los tesoros que encierra, encontraremos algunas sorpresas.

De Shahar, con sus mismas tres letras hebreas obtenemos, raash –ruido, y reshá – crueldad, Pero también Eres – Cuna o moisés, y Osher – riqueza.

Es decir, que la misma puerta que se cierra puede encerrarte en el tumultuoso mundo de una condena, pero a la vez puede transformarse en una cuna o moisés a partir del cual lentamente te vuelvas a enriquecer.

La invitación es a la reflexión, a flexionarse sobre uno mismo para poder tomar conciencia de la acechante intrusión de la muerte en nuestras vidas.

La rutina y el estancamiento son modos de morir en vida. Vivir en automático, embotando nuestros sentidos, insensibilizándolos y perdiendo nuestra capacidad de responder a males tales como la crueldad, la injusticia y la indiferencia no solo no nos protege de las experiencias dolorosas, sino que nos priva de vivenciar a pleno las experiencias positivas.

Te invito, entonces, a detenerte para que examines tu vida, con el objetivo de superar las rutinas que bloquean tu capacidad de evaluar, corregir y cambiar.

Te propongo que en lugar de quedarte allí parado, siendo un mudo testigo de cómo la muerte invade constantemente tu vida, contrapongas a esto crecimiento y renovación.

Cuando dejamos de examinar nuestras vidas perdemos la capacidad de dar respuestas apropiadas a la variedad de experiencias maravillosas que la vida nos presenta.

Para el judaísmo la única forma de superar la muerte en vida, es el renacimiento y la renovación.

Si la vida de uno se terminara ahora, ¿Habría ella valido la pena?

Por milagro divino nosotros existimos. Pero no todos los días ocurren milagros. Sin embargo el tono de este día tan especial para todos nosotros, es esperanzador. Este encuentro con la muerte es al servicio de la vida. No se trata de una autoflagelación masoquista. El objetivo no es asustarnos sino que logremos una nueva apreciación de la vida.

Solo conociendo cuan frágil es la vida, podremos tratarla con genuino cuidado, respeto y delicadeza. Solo concientizando la vulnerabilidad de nuestros seres amados, podremos atesorar cada momento con ellos.

La gente piensa que los Iamim Noraim transcurren entre Rosh Hashná y Iom Kipur, Y yo les digo que es al revés. Los días más importantes del año son los que están entre este Iom Kipur, y el próximo Rosh Hashaná.

Es allí donde debemos poner en práctica todo lo que pensamos, anhelamos, soñamos, y nos prometimos en estos 10 días de teshuvá. Es allí día a día donde debemos enseñarle a nuestros hijos que es el judaísmo y como vivirlo, y es en todo este lapso, donde debemos poner lo mejor de cada uno de nosotros para hacer de esta, nuestra comunidad, la mejor comunidad. Asistiendo a los distintos eventos, participando, colaborando, y por sobre todo, siendo socios plenamente activos.

Que en el transcurso de este día, podamos imbuirnos en una atmósfera de tefilá constante concentrados en cada una de las oraciones que habremos de recitar; Que podamos conectarnos con nuestro interior, y salir mañana por la noche reforzados como personas, reanimados y fortalecidos;

Quiera D”S que se cumplan nuestros ruegos, y que éstos sean en la senda de la Teshuvá, del arrepentimiento y del retorno a lo original y verdadero, tal como rezamos minutos atrás en el Majzor:

"Ascienda pues, hasta el Trono de Tu Gloria, el gemido de los que te imploran. Torna en realidad los deseos de Tu pueblo, que proclama Tu unicidad. Pues Tú oyes las oraciones de los que a Ti retornan."

1 comentario:

Sergio dijo...

Me encanto mucho este comentario, me parece una reflexión muy buena para el mundo actual.
Pido permiso para extraerlo y tomarlo como parte de mis drashot en mis tefilot, ya que he comenzado a transitar como oficiante de iamim noraim en kehilot del interior del pais junto al proyecto Baalei Tefila de la Mora Ester Jarmatz.

Un gusto leer cosas como la de este blog.

Sergio Man