sábado, 1 de septiembre de 2007

Rab. Bronstein - Estafa Teológica

Estafa teológica

Hace unas semanas vimos una exhortación a una tefilá en la que se decía: Si rezamos todos juntos, el Todopoderoso nos escuchará...

Quiero aclarar antes de continuar que en la 1870 también se hizo un mi sheberaj por el niño enfermo (como hemos rezado en tantas y tantas ocasiones anteriores y los haremos en el futuro), y demás está decir que todos sin ninguna excepción nos aunamos a los deseos de pronta y total recuperación de todos los enfermos de este y de todos los Yishuvim.

Pero a la vez, y releyendo la invitación, no pude dejar de preguntarme: Si rezamos todos juntos... ¿Si somos 100? Y si solo hubiera 10 personas rezando, ¿a respuesta de D´s debería ser menor? Y si son solamente los familiares del enfermo, ¿su oración es menos plausible por haber sido orada en soledad?

Nadie duda de que una de las misiones primordiales de la comunidad es estar atenta siempre a las necesidades espirituales, y a las demandas angustiosas de sus miembros y darles acogida, respuesta y canalizarlas para que se sientan acompañados en su hora de prueba.

Pero decir la frase “si es así (con lo que se implica que NO será como pedimos si lo hacemos de otra forma) el Todopoderoso nos escuchará!”

¿Acaso D´s puede ser sujeto de cohecho, de chantaje o de extorsión teológica?

Es un error común y excusable, pero un error al fin: la vida comunitaria nos lleva a confundir solidaridad social, e involucramiento social con FE.

No hay, y tal vez nunca haya, una definición formal de lo que significa la palabra FE.

Sí sabemos que es uno de los grandes conceptos de la experiencia humana. Sí sabemos que hay para quienes la fe tiene connotaciones solo empíricas. Para otros, solamente se puede hablar de fe desde lo visceral: se siente que se tiene fe o no se la siente como propia.

Ni quienes se sienten personas de fe con derecho legítimo,; ni los grandes pensadores, investigadores, teólogos, filósofos, psicólogos ni los sociólogos han podido hasta ahora dar una definición de este concepto crucial.

Si bien a la fe en sí no podemos darle una definición, tal vez sí podamos saber a quién se considera hombre o mujer de fe: básicamente es aquella persona que tiene la conciencia de que su existencia se desarrolla frente a la divinidad, con responsabilidad hacia la deidad y que esta relación implica también responsabilidades hacia la creación.

Esta conciencia de estar frente a la deidad puede tener al menos dos vertientes:

- El contenido de la relación de fe se basa en aquello que el individuo puede recibir de D´s: la esperanza, el anhelo, la seguridad de que D´s no va a fallar, que nos va a cuidar y nos va a dar un premio acorde a nuestra fidelidad hacia Él.

- La intención de la fe es encontrar cuáles son los deberes y obligaciones que la persona de fe tiene hacia D´s como consecuencia de esa fe.

En otras palabras: la primera opción implica que la fe / no es otra cosa que un medio para el bienestar de la persona: una herramienta en la búsqueda de respuestas, de la redención, de la tranquilidad, de la estabilidad espiritual, de alejarse del castigo, de aferrarse al premio de la vida eterna, etc. En pocas palabras, D´s al servicio del individuo. Quien posee este tipo de fe, espera irremisiblemente una recompensa por servir a D´s. Y no tener fe debería implicar un castigo por esta omisión.

En la segunda opción la fe / y a través de ella la institución religiosa, se transforman en el objetivo mismo de la persona: el individuo busca servir a D´s por la grandeza de D´s mismo, sin ningún objetivo ni elucubración ulterior. Es decir, la persona buscando servir a D´s.

Desde esta perspectiva, la recompensa de servir a D´s es la acción misma. Quien sirve a D´s es por definición la persona redimida, completa, salva.
Y no hacerlo implica la ausencia de la Presencia Divina como castigo, y nada más hay que agregar a esto.

No se puede dudar que si examinamos las fuentes bíblicas y rabínicas, ambas formas de fe están presentes. Por lo tanto ambas son igualmente válidas en la historia de las ideas judías. Sin embargo lo que sí se puede afirmar es que en el judaísmo el peso de la segunda idea, esto es: la adoración a D´s por se D´s la divinidad y sin ninguna evaluación ulterior, es la que ha tenido el peso específico más decisivo. Los sabios llaman a este tipo de fe: Lishmá: la fe en D´s por D´s mismo.
Y Torá Lishmá se denomina también el estudio de las fuentes judaicas por el mero objetivo de adorar a D´s, sin cálculos acerca de la recompensa que podamos adquirir con esta conducta.

Cuando decidimos servir a D´s Lishmá, entendemos que la fe no es un instrumento para servirnos de él, / y menos aun para pretender que D´s nos sirva. La fe Lishmá, por sí misma no es una herramienta para consolarnos ante la ausencia de justicia; ni para explicarnos lo inexplicable; ni para hallar refugio en nuestra angustia ante las dudas existenciales de la vida. Ni siquiera para hallar respuestas donde estas se ausentan. La fe Lishmá nos dice que al estar concientes que estamos delante de D´s como Sus criaturas: o asumimos o no asumimos el Ser D´s la deidad y nosotros Su creación. Si decidimos no hacerlo, sufriremos Su ausencia conciente, aunque nos sintamos paradójicamente satisfechos de nuestros logros y posesiones.

La fe Lishmá nos compele a que como D´s le dijo a Abraham, caminemos delante de Él: Hithalej lefanai veheyie tamim: Camina delante de Mí y se íntegro! Martín Buber al comentar este versículo nos pide que como personas de fe, jamás pretendamos que D´s sea nuestro madrij o una especie de guía turístico teológico o peor aun un perro lazarillo que nos evite los obstáculos en el paseo por el camino de la vida.

Si decidimos obedecer la voluntad del D´s vivo, hacernos responsables de ser Su creación y depositarios de Su heredad, la consecuencia es sentir Su presencia, aun cuando en el plano material nos veamos como fracasados en la imagen de lo que el mundo y la sociedad entienden por éxito.

La responsabilidad del judío de fe frente a su conocimiento de la inmediatez de D´s consiste en algunos pasos:

- Asumir la posición de criatura frente al creador.
- Entender que esa posición subalterna tiene como esencia la condición de profesar el monoteísmo ético: aceptar a D´s como deidad no se arregla con decir “creo en D´s, la fe me da fuerza, creer me hace sentir bien”. O “El Todopoderoso nos escuchará”.
- Esas expresiones son típicas de la fe sheló lishmá: por lo que se puede obtener de D´s.
- La fe lishmá del monoteísmo ético se puede expresar solo cuando hemos tomado la decisión personal de obedecer a D´s. En el judaísmo esto tiene una expresión excluyente: seguir el camino de la Torá y los mandamientos. Nuevamente, decir, creo en D´s y basta, en la tradición judía NO es fe; es solo el inicio del camino, inicio que casi siempre se frustra en ese comienzo.

La fe en el mundo moderno se ha levantado como una defensa contra el poder omnipotente de la tecnología, del racionalismo extremo, de un laicismo que ha intentado hasta los años 70 al menos poner a D´s fuera de toda agenda humana.

Pero el error que hemos cometido al reaccionar contra estas características que nos deseaba imponer la dictadura de la omnipotencia humana / fue caer dentro de la malversación del significado profundo que la fe tiene dentro de la tradición judía. Hoy se confunde con regularidad entre fe y aspiración.

El judaísmo posee aspiraciones humanas, nacionales, personales de un futuro mejor, de un mundo redimido, de una época mesiánica ideal para todo el género humano y para el pueblo de Israel por supuesto. Y es legítimo que todo judío las tenga en cuenta. Así, la época mesiánica es una aspiración legítimamente judía. La vida después de la desaparición física es otra aspiración judía común a la mayoría de las tradiciones religiosas del mundo.

Pero lo que más allá de todas estas aspiraciones espirituales, históricas, nacionales y otras muy legítimas nos pide el judaísmo que creamos es solo servir a D´s a través del cumplimiento de Su voluntad tal como se refleja en la Torá y en las mitzvot que ella contiene. Y este servicio a D´s se debe realizar en el mundo tal y como éste es hoy, ahora. Y sin importar lo que pueda suceder o las promesas de los profetas o de los textos para el futuro.
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El judaísmo es una cultura religiosa DE este mundo y PARA este mundo: “Lo Hametim Ihalelú Iah”; no son los muertos los que alaban a D´s dice el último Salmo.

El eminente poensador israelí Yeshayahu Leibovich dice: Toda idea religiosa judía cuyo contenido no implique la clara obligación del individuo judío de servir a D´s por medio del cumplimiento de la Torá, no pertenece a la fe dentro del judaísmo sino a la Agadá, el corpus de leyendas y acervo literario de nuestros sabios de bendita memoria. Pero la Agadá no posee obligación vinculante alguna para el judío de fe.

De manera amigos míos que desde el punto de vista práctico, es absolutamente insuficiente que digamos “yo creo en D´s, tengo fe, soy creyente”.

- ¿De qué sirve tener un salón que sea “el centro Cultural de la Comunidad toda” si eso no redunda en más estudio de la Torá, en más práctica de las Mitzvot y en más conciencia de identidad judía?

- En Rosh Hashaná habamos acerca de la necesidad de ensanchar nuestra práctica diaria de las tradiciones y lo que nuestros sabios han llamado Maalot, grados de conducta correcta: abstenernos de la maledicencia, del enojo gratuito, de ser inflexibles con los demás mientras que somos negligentes hacia nuestras propias falencias. En estos casi 10 días, ¿hemos avanzado algo en ese sentido?
O al menos ¿hemos iniciado la práctica de alguna mitzvá con la que antes éramos negligentes? ¿Hemos comenzado la lectura de un nuevo libro de judaísmo?

- No podemos quedarnos tranquilos esperando que tengamos que decir Kadish para asistir al minián diario, como si el esfuerzo debería ser de los demás y para mí simplemente esperar a que me toque para colaborar.

- En consecuencia es también totalmente parcial maravillarnos por el maravilloso edificio que la 1870 ha sabido construir como salón cultural de toda la comunidad de Lima si no participamos activamente en las actividades que aquí se organizan.

- Es absolutamente deseable que a la par de elogiar la labor de los grupos como las Damas de la 1870, o la Jevra Kadisha, o el coro, nos pongamos a formar parte del coro, o nos ofrezcamos como voluntarios en la sagrada labor de la Jevra; o nos pongamos a disposición de las damas para sus actividades.

Ser parte de una Comunidad judía es pertenecer a una congregación de fe. Sí. Pero el compromiso judío con la fe va mucho más allá de poder creer, de tener certezas o de superar dudas.

Es más, desde el punto de vista de Jaza”l, nuestros sabios de bendita memoria, se puede en una paradoja extrema, ser una persona de fe ¡y a la vez no creer!

En el Talmud Ierushalmi se le atribuye al mismísimo D´s la frase: “Ojalá se olvidasen de mí si con eso cumpliesen Mis mandamientos”. No puede existir una indicación más cristalina del significado de la fe dentro del judaísmo.

Nuestro compromiso con la fe nos compele a actuar, a veces con acciones tan simples como acudir a ser parte del minián por las mañanas. Otras con acciones de solidaridad más arduas como colaborar con la Jevra. Otras veces con esfuerzos simples como tratar de tener las cuotas al día, o de apoyar las actividades culturales o simplemente que se sepa que somos parte de la comunidad. Lo demás es comentario…-

1 comentario:

oscar dijo...

Estimado Rabino, creo que la respuesta a su pregunta sobre si ''siendo más Di.s escuchará más'' si bien es desafiante y divertido desde ya que no es cierto, y ud. lo sabe. Lo que puedo aportarle es que una corriente de pensamiento dentro del judaísmo opina que las cosas suceden para que nos conectemos a Hashem. Van en degrade y cesan si nos comunicamos. Ahora bien, en casos como estos, lo que opina el rabino Maleh de mexico es que quizá Di.s quiera comunicarse con alguien específico, y este medio -el de una plegaria colectiva- puede ser la forma que esta persona tan especial y buscada x Di.s se conecte. Y movilizamos a tanta gente por una persona? respuesta: y porqué no!. Ahora bien, yendo al tema del número de gente que se convoque, por una cuestión de mera estadística si Hashem está buscando la conexión de alguien particular, y vienen 10, la chance que ''esa'' persona esté dentro de los 10 será 10 veces menor a que si se juntaran 100 personas. Simplemente así de matemático. Le mando un abrazo y le deseo shaná tobá u metuká. Oski desde Argentina.