domingo, 2 de septiembre de 2007

Rab. Ariel Kleiner - Tefilá, Teshuvá, Tzedaká

Un año ha pasado y nos volvemos a encontrar,
Con nosotros mismos,
Con D’s,
Con la Comunidad Toda.

El tiempo ha pasado y nosotros pasamos por el tiempo,
nuestras cabelleras están un poquito más blancas,
nuestros rostros un poco más arrugados,
y nuestro espíritu un poquito más sabio por las vivencias que vivimos durante el año.

Iamim Noraim nos propone el desafío de aprender de nuestra experiencia en el año transcurrido. Nos propone: pesar en la balanza de La Vida las distintas vivencias de este año y evaluar cómo le hicimos frente a cada una de ellas.

Iamim Norain nos desafía a buscar en el Libro de Nuestra Memoria los objetivos que nos propusimos hace exactamente un año y que evaluemos: cuáles alcanzamos y cuáles debemos reformular.

Iamim Noraim es un tiempo en el que nos volvemos a pensar y nos proponemos objetivos creativos para este nuevo año que comienza.

En el cielo los ángeles todos presurosos, conturbados y presas de temblor claman:
“He aquí el día del juicio”

Así leemos en la Tefilá de Musaf – en el Unetane Tokef – en estos días de Iamim Noraim.

Este es el día del Juicio. Iom HaDin.

A partir de hoy seremos juzgados.

Nos dice el Unetane Tokef que tenemos tres Dimensiones para que D’s nos juzgue con Misericordia en estos días.

Teshuva, Tefila y Tzedaka.
El Arrepentimiento, La Plegaria y la Justicia Social.
Teshuva
La primera dimensión es Teshuva.
Teshuva es la forma de cada uno de relacionarse con uno mismo.

Teshuva tiene varias acepciones en el idioma hebreo.
Teshuva quiere decir: Arrepentimiento, Volver – sobre nosotros mismos -, y también quiere decir Respuesta.

A partir de hoy comenzamos el período de Iamim Noraim, los días Terribles.

¿Qué es lo terrible que ocurre en estos días?
Lo terrible es que nos enfrentamos con nosotros mismos para hacer Teshuva.
Debemos ser Teshuva.
Transformarnos en Respuesta a la pregunta de La Vida.

El Rabino Abraham Y. Heschel decía que:

En el campo de la ciencia cuando se plantea una pregunta alcanza con que una sola persona responda – dé la Teshuva – para que la pregunta quede respondida.
En cambio, en el campo de la Fe, la pregunta debe ser respondida por cada uno.
Las preguntas de Fe - las preguntas últimas por el sentido de nuestra vida - deben ser respondidas por cada uno en su singularidad.

Nos miramos en el espejo del año transcurrido y esta tarea nunca es fácil.
Si hacemos una tarea reflexiva sincera y comprometida vemos que son muchas las cosas que no hemos hecho del todo bien.

Iamim Noraim es la posibilidad de pensarnos, de evaluarnos para un nuevo comienzo.

Hoy nos preguntamos: ¿Quienes somos?

La pregunta se formula en plural, porque es para todos, pero debemos ser Teshuva, responder en nuestra individualidad y singularidad. -
Somos lo que hicimos en el tiempo.
Somos lo que hicimos con el tiempo.
El tiempo es la base sobre la cual construimos, es uno de nuestros límites como seres humanos.

En qué invertimos nuestro tiempo nos dice quienes somos.

Iamim Noraim. Días Terribles.

Terribles porque debemos repasar nuestro libro de vida de este último año y evaluarnos.
Terrible porque nos enfrentamos con nuestros aciertos y con nuestros desaciertos.
Pero lo Terrible es desaprovechar este tiempo que nos propone nuestra Tradición.

A partir de hoy agudizamos la tarea que comenzamos hace un mes, cuando empezó el mes de Elul. La tarea de pensarnos.

A partir de hoy: Aprovechemos el Tiempo!!!

Iom HaDin. A partir de hoy seremos juzgados.

Rosh HaShana. Hoy comenzamos un nuevo año,

Haciendo pasar por nuestra cabeza el año que pasó.
Hoy, abrimos el arcón de los recuerdos,
Al abrir ese arcón nos encontramos con los sentimientos experimentados el último año.
Con los que descubrimos y con aquellos que redescubrimos.

En el arcón de los recuerdos nos encontramos con todos los Nosotros que fuimos en el año.

Con todas las situaciones que vivimos.
Con las alegrías y con las tristezas.
Nos encontramos con lo que hicimos,
y con lo que dejamos por hacer.

En el arcón de los recuerdos nos topamos con las personas que nos encontramos y con las que nos desencontramos.
Con los libros que leímos y con aquellos que no abrimos.
Con las sillas que sumamos a nuestra mesa y con aquellas que tuvimos que restar.
Con nuestros miedos y con nuestras valentías.

Abrir el arcón de los recuerdos es mirarse a uno mismo.
Es hacer Teshuva, volver sobre nosotros.
Es ser Respuesta, a la pregunta de La Vida.

Somos en función de lo que hicimos en el Tiempo.

Somos la suma de nuestros logros y de nuestros fracasos, de las metas cumplidas y de las que quedaron por cumplir.

La Teshuva es el tomar conciencia de que siempre podemos ser mejores.
No importa en qué escalón estemos siempre podemos subir un peldaño más.
Podemos avanzar en nuestro espíritu – Teshuva.
Podemos avanzar en nuestra relación con D’s – Tefila.
Podemos avanzar en nuestro vínculo con el prójimo – Tzedaka.

Esta es la primera dimensión.
La dimensión de la Teshuva.

Volver sobre nosotros, evaluarnos y transformarnos en Respuesta.
Tefila

La segunda Dimensión de la cual disponemos para que D’s nos juzgue con Misericordia es Tefila.

Tefila es la forma de vincularnos con D’s.
Es el dialogo comprometido con La Divinidad.

Cuando el Beit HaMikdash – el Templo de Yerushalaim - estaba en pie, el modo que teníamos de “comunicarnos”, de “acercarnos” a D’s, era a través de los sacrificios.
Estos sacrificios son llamados en hebreo: Korvan. Korvan tiene la misma raíz idiomática que la palabra: “Karov” – cerca.

El Korvan – el Sacrificio – era la forma que utilizábamos para acercarnos a D’s.

Hoy en día que no tenemos el Beit HaMikdash y después de años de pensamiento profético y rabínico, nuestra forma de “acercarnos”, de “comunicarnos” con D’s es a través de la Tefila, de La Plegaria, de La Oración.

D’s siempre está y nos busca.
Nosotros de vez en cuando salimos a su encuentro.
Por lo general en momentos intensos y profundos de nuestra vida: momentos de profunda alegría o de profundo dolor.

Nuestra tradición nos propone un ejercicio, un entrenamiento diario.
Así como el atleta no sale a corre la maratón sin entrenar, nosotros deberíamos entrenarnos para estar preparados para los momentos intensos en los que intentemos generar ese “acercamiento”.

Nuestra tradición nos propone ofrendar nuestro corazón tres veces al día, encontrarnos con nuestra fuente de Vida, con la esencia de nuestra Alma para renovarnos.

Hay una diferencia interesante entre Beit HaMikdash y Beit HaKneset. Podríamos decir: entre Templo – el Templo de Yerushalaim y nuestra Sinagoga.

En el Templo uno debía llevar el animal que iba a sacrificar y permanecer pasivo mientras el sacerdote sacrificaba la ofrenda.

En la Sinagoga – en cambio - somos activos, no podemos permanecer pasivos, venimos a realizar la Avoda SheBaLev, a ofrendar nuestro corazón.

En estos días vamos a añadir en nuestra Amida, en nuestra plegaria individual, el párrafo que dice:

“Zojreinu LeJaim, Melej Jafetz BaJaim,
VeCotveinu BeSefer HaJaim”

Le pedimos a D’s:
Recuerdanos para La Vida,
Inscríbenos en el libro de La Vida.
Recuerdanos para La Vida.

Un pedido que requiere de nuestra acción.
Seremos recordados para La Vida, según lo que hacemos con nuestra Vida.

Tenemos que evaluar lo que hicimos de nuestra Vida, para mejorarnos y ser inscriptos en el Libro de La Vida.

Tefila. Leitpalel. La tarea reflexiva de juzgarnos en el encuentro con D’s. Autojuzgarnos.

Tarea reflexiva en nuestra relación con nosotros mismos – Teshuva.
Tarea reflexiva en nuestra relación con D’s – Tefila.
Tarea reflexiva en nuestro vínculo con el prójimo – Tzedaka.

Esta es la segunda dimensión. La dimensión de la Tefila - nuestra Plegaria.
Para pedirle Al Creador que nos juzgue con su Misericordia en estos días de Iamim Noraim.

Incrementando en estos días y en este año: nuestra plegaria, nuestra ofrenda de corazón a D’s.

Así, seremos Recordados para La Vida e inscriptos en el Libro de La Vida.



Tzedaka
La tercera y última dimensión de la cual disponemos para pedirle a D’s que nos juzgue con Misericordia es La Tzedaka.

Tzedaka es nuestra forma de vincularnos con el Otro.
Justicia Social.

Tzedaka tiene en hebreo la misma raíz idiomática que Tzedek, Justicia.

Hacer Tzedaka es mirar por la ventana de la vida hacia nuestro exterior y tomar conciencia que hoy estamos donde estamos pero que mañana podríamos estar del otro lado de la ventana.
Es reconocer en el Otro al Prójimo.
Hacer Tzedaka es observar la injusticia y aportar justicia.
Hacer Tzedaka es asociarnos con D’s en la tarea de Tikun Olam, en la reparación de este, Su Mundo.
Hacer Tzedaka es decir Presente, decir Hineni cada día.

La Mitzva de Tzedaka nos propone que el Ser Humano Es humano en el encuentro con el Otro, sino deja de ser, pierde sentido y queda sin sentido.

La Mitzva de Tzedaka nos propone: No preocuparnos, sino ocuparnos de las necesidades que tienen los individuos de nuestra sociedad.
Nos propone no ser indiferentes hacia nuestro prójimo.

Lo interesante de la Tzedaka es que cumplimos con la Mitzva dando de lo nuestro y No de lo que nos sobra.

Incluso – nos dice la Halaja, la Ley judía – aquella persona que vive de la Tzedaka, está obligada a hacer Tzedaka.

Con lo que es nuestro tenemos que extender la mano al que necesita y espera, para que no tenga que esperar más.

Para que podamos hablar de la Calle de la Gente y No de la gente de la calle.

Somos en función de lo que hicimos en el Tiempo.

Somos:
La justicia que buscamos para con el hambriento,
El consuelo que otorgamos al dolido,
El consejo que dimos al amigo,
El calido abrigo que brindamos al que padecía el invierno frío.

La Tzedaka es el tomar conciencia que somos en el encuentro con el Otro.

Es el juzgarnos con Tzedek – con justicia y sinceridad – en nuestras relaciones.
Sinceros con nuestro espíritu – Teshuva.
Sinceros en nuestra relación con D’s – Tefila.
Sinceros en nuestro vínculo con el prójimo – Tzedaka.

Esta es la última dimensión.
La dimensión de la Tzedaka.
Brindarnos con Justicia en la sociedad que vivimos.

Teshuva, Tefila, Tzedaka
Tres caminos. Tres dimensiones para atenuar el veredicto.

Quiera D’s que podamos pensarnos en estas tres dimensiones de Teshuva, Tefila y Tzedaka, para poder ser juzgados con la Misericordia divina.

Que podamos plantearnos Objetivos Creativos para este año que se inicia.
Que seamos recordados para la Vida e inscriptos en el Libro de La Vida.

Shana Tova LeKulam!!!

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