jueves, 27 de septiembre de 2007

NUEVO - Rab. Kormis - Los Nearim

En este mismo instante, en diversos templos del mundo, se debe estar analizando y estudiando Akeidat Itzjak – la ligadura de Itzjak. Se debe estar alabando la fe de Abraham dispuesto a sacrificar a su único hijo, se debe estar criticando la conducta pasiva de Itzjak quien ante semejante evento no pronunció palabra.
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Si yo les preguntara cuales son los personajes centrales de este relato sin duda me nombrarían dos o a lo sumo tres: Abraham, Itzjak y D´s. Sin embargo, y en contra de lo que deben estar haciendo en otros lugares, me gustaría que hoy hablemos sobre otros dos personajes menos conocidos que aparecen en este relato, pero que a mi entender tienen un gran mensaje para entregarnos: los sirvientes de Abraham o en hebreo los nearim.
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Seguro todos recuerdan la historia. D´s se le aparece a Abraham y le dice que tome a su único hijo, a aquel que ama y lo lleve a un monte. En ese lugar debía atarlo y sacrificarlo. Abraham sin decir palabra, se levanta a la mañana siguiente, monta su burro, se va con su hijo y sus dos sirvientes al monte que D´s le había ordenado.
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Una vez ahí, le dice a los nearim que se queden junto al burro mientras él y su hijo suben para cumplir con la voluntad divina. Abraham ata a su hijo, levanta su puñal para sacrificarlo cuando D´s se le aparece y lo detiene.
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Abraham entonces ve un carnero que se había quedado atrapado en un arbusto y lo sacrifica en lugar de su hijo. Finalmente baja del monte, se encuentra con los sirvientes y juntos vuelven a su casa en Beer Sheva.
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¿Que rol cumplen en esta historia los nearim?
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Me atrevería a decir que casi ninguno. Según el texto bíblico es el mismo Abraham quien ensilla su burro, es Itzjak quien lleva los leños para el fuego del sacrificio. Es mas...¿en un momento de tensión y prueba, que ayuda le podían dar los sirvientes?
Supuestamente esta era una prueba de fe para Abraham y su hijo, no para todos los que habitaban su casa.

Pero presten atención en que momento del relato aparecen los nearim. Aparecen justo antes y después que Abraham sube a la montaña. Se quedan al pie del monte cuidando las pertenencias y luego lo reciben cuando Abraham regresa de la Akeida.
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Una hermosa interpretación nos enseña que los nearim representan la realidad, lo cotidiano, lo rutinario. Por eso en el momento de realizar la prueba de fe, ellos no se encuentran. La Akeidá, el sacrificio de Itzjak, es algo que se escapa de la rutina, es algo que va más allá de lo común. Abraham es capaz de dejar de lado la rutina, la realidad y elevarse solo a lo más alto del monte Moría para cumplir su misión.

Es así como los nearim se transforman en grandes protagonistas del relato y nos orientan en este día tan importante de nuestra tradición.

Es en este día de Rosh Hashana donde nosotros también debemos abandonar nuestra rutina, abandonar nuestra propia realidad y ser capaces de elevarnos hacia nuestra propia cumbre. Es en este día de Rosh Hashana donde somos invitados a dejar de lado a nuestros propios nearim y elevarnos solos a la cima de nuestro propio monte.

Pero este objetivo no es nada fácil. Vivimos corriendo, vivimos sobrepasados por la rutina y por este difícil mundo que nos agobia. Cada vez tenemos menos dedicación y menos tiempo para el espíritu. ¿Como lograr entonces este difícil objetivo de la elevación espiritual?

Quizás para encontrar la respuesta debamos seguir los pasos de uno de los más grandes líderes de nuestro pueblo, Moshe Rabeinu. Al igual que nuestro patriarca Abraham, el también fue capaz de abandonar la rutina, subir al monte, unirse con Ds y luego bajar.
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Moshe Rabeinu estuvo 40 días y 40 noches en el monte Sinaí recibiendo nuestra Tora. No solo eso sino que la Tora nos cuenta que durante esos 40 días se alejo de todo lo material: “Lejem lo ajal u maim lo shata” (Pan no comió y agua no bebió). Moshe logró dejar de lado todo lo material para unirse con D´s a través del espíritu.

El monte Moría por un lado y el monte Sinaí por otro. El monte del sacrificio y la entrega, sobre el cual Abraham estaba dispuesto a ofrendar a su hijo. El monte de la recepción y del reencuentro con Ds, sobre el cual Moshe recibió nuestra Tora.
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Ambos se unen en este solemne y sagrado día de Rosh Hashana.

Según nuestra tradición Moshe bajó con las segundas tablas de la ley el mismo día de Iom HaKipurim. A partir de hoy nos quedaran solo 8 días para realizar nuestra introspección y reflexionar sobre nuestras vidas. A partir de hoy nos quedaran solo 8 días para elevarnos y dejar de lado a nuestros nearim, a nuestra propia rutina y a nuestra propia realidad. A partir de hoy solo nos quedaran 8 días para bajar de nuestro propio monte Sinaí luego de haber estados parados frente a D´s.
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¿Cómo bajaremos? ¿Lograremos transformarnos?
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Sabemos que todo cambio exige sacrificio. ¿Lograremos sacrificar parte de nuestro ser para comenzar renovados este nuevo año que comienza?

Quiera D´s que durante estos días logremos ascender espiritualmente para descender renovados.
Elevémonos logrando nuestro propio Jeshvon Hanefesh. Dediquemos esta semana a nosotros y a nuestras familias. Luchemos por despegarnos de la rutina que está simbolizada en el texto bíblico por los sirvientes.

Preguntémonos a quien servimos…¿servimos al dinero, a la rutina? O servimos a nuestras familias, a nuestra persona, a nuestro pueblo…
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Que en estos 8 días podamos ser Nearei Hashem, sirvientes de Ds, y logremos elevarnos a la cima de nuestro propio ser.

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