Rab. Vitas - El Tunel del Tiempo - Recuerdos

(Esta predica tiene el espirítu de quien me ha enseñado durante tantos años con sus palabras y con su ejemplo, por eso puede considerarse Co-autor Rab. Dr. Felipe Yafe)

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Recuerdos, memoria, colores, perfumes, sonrisas, lagrimas, caricias, palabras, sueños compartidos, proyectos inconclusos.

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Cuando llega la hora de Izcor sentimos su presencia. Izcor es la hora en la cual nuestra sensibilidad se agudiza más que nunca. Y olemos lo que no esta, escuchamos las voces que ya no hablan, sentimos las manos en una caricia; vemos las imágenes de nuestros seres queridos, que parecen no estar en foco... sin embargo en segundos se intensifican.

Izcor es la hora en la que nos reunimos para honrar la Vida de aquellos que han partido de este mundo físico, terrenal; pero que paradójicamente nos acompañan más que nunca en este momento.

Ellos toman forma en nuestros cuerpos; ellos sienten y vibran con nuestras almas. Están en nuestra forma de pensar, de sentir, de decir, de hacer...

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A pesar de la separación, hay un sentimiento de seguridad que los lazos que nos han unido y nos unen, en el presente; no se desatan con la muerte. Seguimos aferrados y nos acompañamos mutuamente en nuestras vidas paralelas.

Ellos son la compañía que nos reconforta en los momentos de melancolía y que hace que las lágrimas de tristeza se transformen en lágrimas de esperanza. Por ello Izcor es el momento en que muerte y separación, memorias y recuerdos se mezclan con continuidad y vida.

Izcor nos insta a Recordar, del latín RE CORDIS: volver a pasar por el corazón. Y vivir nuevamente nuestras vidas...Izcor te hace entrar en el túnel del tiempo y caminarlo a paso lento y firme. Aprovechando cada segundo de contacto con tus amados, cada posibilidad de inmortalizar tu pasado y revivirlo ...

Y el pasillo por el cual caminas, se hace luminoso, brilloso, te enceguece y te lleva a una nueva dimensión; allí es donde el Pasado aparece entre sonidos e imágenes en tu mente...

Y allí te ves, chiquito muy chiquito para lo que sos hoy; te encontras en alguna parte de la casa y una voz te llama. Es la voz de mama, inconfundible...la escuchas...mama te esta llamando, te pide que la ayudes en la cocina. La escuchas te pide que te vayas a bañar... escuchala pide que hagas los deberes. Son tantas las cosas que te pide y vos no le prestas atención. Ella hace sus cosas, tus cosas; esta atenta a cada uno. Y vos no le prestas atención.

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Escuchas te sigue llamando...te pide que le cebes un mate; que sirvas la mesa. Mientras ella sigue sin parar un segundo; preparando la ensalada, poniendo algo en el horno...

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Mami, si pudiera hacerte caso Hoy; si hubiera entendido en ese momento que tus pedidos eran por mi bien. Si hubiese entendido que me necesitabas, si hubiese percibido que podía ser la última vez que compartamos un mate, una ensalada...

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¡¡¡Si hubiese sabido lo que te extrañaría!!!

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Cuánto daría por compartir la cocina contigo nuevamente; ¡cómo te admiro mujer!; ¿de donde sacabas fuerzas para seguir adelante, para no bajar los brazos? Siempre una sonrisa, una palabra alentadora ... siempre tu caricia y tu ternura. Si pudiera besarte una vez mas...
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Se escuchan las llaves, ya es de noche. Seguramente papá está regresando. No lo ví en todo el día. ¡Cuánto labura el viejo! ¡Y cuánto se necesita!

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¿Se habrá acordado de comprarme lápices que le pedí para el colegio? Tiene tantas cosas en la cabeza; ¡pobre!

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Que el trabajo, que la casa, nuestra y de los abuelos; que los tíos que se pelean, que los amigos que lo buscan por sus consejos...

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Qué orgullo sentir que todos te buscan...pero, Papi...¡¡para la mano!!. ¡¡Yo te estoy esperando!!

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¡Cuánto más te hubiese recriminado, si sabía que me dejarías tan pronto! ¡Cuánto más egoísta hubiese sido; para compartir más momentos contigo!

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Eran tan intensos ... parecían que nunca terminarían y sin embargo hoy no estás. No tengo a quien preguntar, no tengo con quien pelear...¡¡Si pudiera hacerte un listadito con las dudas que tengo ... me las contestarías desde donde estas?? Ay... papito, papito.

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¡Cuánto me faltaba aprender de vos, viejo! Si pudiera abrazarte de nuevo...

Sigo caminando en esta dimensión desconocida. Las imágenes se suceden en mi cabeza como una película.

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Qué hermosa adolescencia...qué alegre juventud...y todo gracias a Vos hermana del alma. Gracias a vos.

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Te acordás de nuestras salidas, te acordas de nuestras sanas mentiritas; yo no digo nada, pero vos tampoco.

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Cuántas veces habré hecho los deberes por vos, sin que se enteren mamá y papá. Cuántas veces me habrás pedido que guarde el secreto de quien rompió el jarrón de la Bobe...

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¡¡Qué paciencia que tenías con mis penas de amor!! ¡¡Cuántas veces habrás escuchado que te cuente la misma historia y como una duquesa no dijiste absolutamente nada...me prestabas el hombro para llorar.

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Cuántas veces habremos dormido juntas por miedo a la oscuridad... y hoy las oscuridad es tan intensa, negra y pesada cuando no estas...Cuánto daría por prender la luz del baño y encontrarte en tu cama dormida...

Hombre...¡vos si que me defendías, contra viento y marea! No importa que hubiera hecho. Eras mi guardián, mi guardabosque...eras mi querido hermano. Tu timbre era inconfundible. Llegabas en horas de la madrugada, para la gente normal como nosotros. Pero llegabas.

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Venias a compartir un desayuno dominguero; medialunas en mano, el diario en la otra. Y las confidencias de hermanos. No pateamos pelotas juntos. ¿Pero quien me enseñó a jugar al domino, quien me prestó por primera vez su auto, quien me hizo un regalo con su primer sueldo?

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Hermanito querido, te veo, se que estas conmigo...mas allá de las vueltas que haya tenido la vida con nuestro destino; lo nuestro es mas fuerte y nada nos podrá separar...nos quedan otras partidas en algún lugar para jugar...
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Entro y salgo de esta película. El tiempo no es cronológico. Los personajes aparecen y desaparecen...los personajes me hablan...me buscan, me llaman.

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¡Qué mesa larga! ¡¡Cuánta gente, cuánto barullo!! Nadie le da bolilla al Seder y el abuelo a toda costa quiere poner orden.

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Cada uno hace lo que quiere en esta mesa...las tías se la pasan chismoseando, intercambian recetas, se quejan de los gastos, se quejan de que nadie come... entonces para que cocinaron...

Los tíos y los primos parecen hablar dos idiomas diferentes. Unos leen la Hagada en castellano, otros en hebreo; unos intentan cantar; los otros aúllan. ¡Quien los entiende! El texto es el mismo, el relato es la salida de Egipto...

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Y al dar vuelta la página me encuentro con un dibujo de Moshé con una dedicatoria... Y recuerdo esas letras. Son inconfundibles; siempre quise tener esa letra prolijita, legible, como la del zeide... ¡Cuántas cosas más pude haber aprendido de él! ¡Sin embargo se me fue tan rápido!.

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Y esta mesa, aunque parezca descontrolada, tiene un timón a la cabeza. Mas que timón es comandante...la abuela; ¡¡quien pudiese tener su entereza y fortaleza para manejarnos a todos con tan sólo una mirada!!

Los olores me llevan a la cocina. Cierro los ojos y al abrirlos me encuentro con los manjares de la Bobe. Es imposible olvidar. El sabor, el olor...del leicaj, de la torta de queso, de los knishes...o de lo que sea.

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Sería tan lindo saborearlo tan sólo una vez mas. Te llevaste tantos secretos, sin compartir...¡¡la vida te llevo tan de repente!!

El tiempo que rápido corre el tiempo aquí también. ¡Hijito, Hijita! La vida es injusta. La naturaleza nos jugó una mala pasada. Sos vos quien tendría que recordarme en estos momentos y no al revés. Sos vos quien tendría que disfrutar de tus hijos...por lo menos disfrutarlos como intenté hacerlo yo mientras te tuve a mi lado. Noches de desvelo, días de angustias, Todo Todo repetiría contar de tenerte, acurrucarte en mis brazos...una vez mas ...

El viaje esta por terminar...y no quiero seguir sola. ¿Querido compañero, dónde estas?. No hay día que no te busque en mi cama, en la habitación. No hay noche, que no espere ansiosa a que llegues para que compartamos nuestras largas charlas...para que compartamos nuestra vida y nuestros días como solíamos hacerlo.

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No se por qué me dejaste, si siempre dijimos que nos iríamos juntos; no se porque te dejé ir... pero todos los días te sigo buscando, te sigo llamando, te sigo contando lo que me pasa...es que yo son ti no se vivir.

Amada esposa, por que te fuiste tan rápido de mi vida. Todavía nos quedan nietos por criar, un hijo por casar y tanto por compartir...

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Las noches son eternas en la soledad del cuarto. Miro tus fotos y te veo tan espléndida, tan bella, tan llena de vida...y sin embargo ya no estas.

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Eras la luz del hogar, el motor de mi vida, lloro a escondidas para que lo chicos no se preocupen...No pude cambiar nada de lugar; es mas no me creerías si te digo que ahora soy ordenado...Te necesito, te necesito tanto...es que siento que mi vida sin ti de a poquito se va apagando...

Amigos, tantas cosas compartidas

Zeides, bobes; abuelos, primos, tios, hermanos...hija, nieto...cierro los ojos y los veo; estan conmigo. Se me mezclan los años, las sonrisas, los colores de sus ojos...Sólo nosotros, sólo vos y yo sabemos que aún hoy, aunque ya no estén físicamente a mi lado, seguimos estando juntos.

Estoy segura que este viaje es un consuelo por el dolor de la partida. Es compartir otro juego, otro viaje, otro mate.

La Tefila de Izcor que instantes diremos juntos recordando a nuestros seres queridos; es a la memoria, al recuerdo y al agradecimiento, sin importar cuán corto o largo haya sido el camino que juntos recorrimos, Gracias por haber sido como fuiste. Gracias a la vida por haberme dado la posibilidad de haberlos tenido a mi lado...Gracias a Dios que Hoy los esta resguardando.